martes, 7 de octubre de 2014

Miseria del Hobby

Sir Frederick

Hace no mucho tiempo existía un respeto más o menos compartido hacia lo que significa el hobby de los wargames. La preparación de un torneo era un acontecimiento casi litúrgico en el que los jugadores se afanaban por tener todo listo, todo a punto para mostrar una imagen del hobby que hoy en día hace aguas por todas partes. Es muy posible que todo esto tenga mucho que ver con la relajación de las costumbres y los requisitos que se exigen en los eventos y torneos que se están realizando. Que esto tiene que ver con la ley del mínimo esfuerzo y la competitividad malsana que forma parte de la sociedad actual es algo de lo que no me queda duda. Pero en algo que es un juego, que es un hobby integral dónde la faceta artística juega un papel clave es algo que no acabo de entender.

No entiendo –tal vez sea un problema de CI- cómo alguien puede dedicarse a los wargames y detestar la pintura y el modelado de miniaturas, que forma parte intrínseca e inseparable del hobby. No entiendo cómo los promotores de eventos (tiendas, clubes, asociaciones) pasan de puntillas –o pasan olímpicamente- de exigir a los jugadores algo más que un simple duelo al amanecer con música de Sergio Leone de fondo. Están cargándose el hobby –promotores y jugadores- por acción u omisión, bajando el listón de tal modo que ya no resulta atractivo ni siquiera para los que llevan mucho tiempo metidos en el mundillo. ¿Cómo va a entrar nadie nuevo si no hay algo espectacular que mostrar? Ejércitos mal representados y sin la intención de mejorar, de pintar algo por muy mal que quede. ¿Dónde está la superación personal de mejorar en algo que no se nos de muy bien? ¿Dónde queda la búsqueda de la excelencia en los eventos que se realizan?

Se critica a GW por su política de “usar y tirar” y hacer caja, pero los jugadores y promotores de eventos (tiendas, clubes, asociaciones) que no cuidan el hobby están haciendo eso mismo e incluso peor, porque están agotando la gallina de los huevos de oro. El hobby te entra por los ojos o no te entra, y ciertamente, es hoy en día algo más atractivo jugar una partida a la Xbox o a la Play con sus efectos especiales y gráficos increíbles que jugar al papelhammer o a algo que “se supone” que es una batalla entre dos ejércitos. Sin ese factor de espectacularidad que deben aportar los Torneos como elemento de enganche de jugadores, el hobby está tocado de muerte.

Es responsabilidad de todos luchar por conseguir algo mejor que huya de la mediocridad irresponsable, de la mentalidad cortoplacista que nos lleva proa al marisco. Los proyectos a largo plazo implican una inversión en tiempo y esfuerzo –más allá de la inversión económica que depende de cada cual- que debe ser premiada por los promotores y buscada por los jugadores. Sin ese modelo de expansión, es imposible que consolide nada, más bien, su inercia natural se orienta hacia su autodestrucción. Ahí es dónde el Legado de Porto aspira a jugar un papel clave en la regeneración del hobby, fortaleciendo una idea que nos ha impulsado a constituirnos como Asociación de Jugadores, apoyando los eventos que vayan en esa línea, rechazando frontalmente como grupo aquello que creemos que sólo favorece su desaparición.

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